Hoy
es jueves 08 de septiembre. Ciertamente es complejo el ejercicio de actualizar
diariamente un blog, supongo por eso no gozan del estrellato de Facebook; qué
importa, será mío y a mi ritmo, en este caso, la estrella se la asigno yo.
No
sé cuantos días han pasado desde el accidente de Camiroaga y cia. en Juan
Fernández, la tv y y los medios se han ocupado carroñeramente de
configurar un continum salvaje. Como pocas veces un intestino suelto en el mar
tiene mayor relevancia que la asquerosa colusión de las cadenas farmaceúticas
que aún se mantiene, robando, o sumando a sus arcas, más de 31 mil millones de
pesos, desvirtuando el valor a los medicamentos, signando cifras artificiales
que la gente cancela sin mayor cuestionamiento.
A
veces, que este país sea una desilusión total, se debe justamente a actos como
aquello; la dictadura militar dejó su sello; configuró un modelo mental en las
personas, donde cuestionar es malo, donde el poder dicta, el resto, asume, la
mala educación que se entrega a los estudiantes, la poca información que se
maneja, el monopolio comunicacional, entre muchas y más cosas, hacen que este
país sea el modelo ideal (hasta el minuto), de quienes manejan la
hegemonía del poder.
Una
bitácora no puede ser solamente testimonio de actos directos, al menos así lo
quiero entender, por eso me permito explayar sobre estas cuestiones.
Eso
es todo lo que diré referente a la muerte de Camiroaga y otros 20, en el
Archipiélago de Juan Fernández.
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