lunes, 24 de junio de 2013

SIENTO PATRICIO, AL PARECER NO LES IMPORTA


Salvo los partidos de fútbol, es muy poca la televisión que reviso en la semana, y aquello no quisiera se entienda como una pretensión o como una falta, ni siquiera un propósito, tal vez sea una reacción, así como busco que el agua que tomo esté limpia, es una necesidad de no tomar aquellas cosas que hacen mal, porque si algún juicio he logrado construir el último tiempo de la televisión chilena, es que esta está muy mal y que si te pilla mal parado, te puede hacer daño, o tonto, o las dos.

Sin embargo en una de esas escasas veces en que el escritorio me quita las amarras, llegó al sillón y algo miro, y en esas detenciones sin fe, me encontré con una entrevista a Patricio Bañados. Por lo general Canal 13C ofrece esas posibilidades y se agradece el esfuerzo, y el esfuerzo de mi bolsillo por lograr cancelar el cable cada mes. Pero respecto al hombre que se estaba entrevistando, no estoy muy seguro qué debe representar Patricio Bañados para otros colegas de mi generación, o de cualquiera, pero al menos lo que yo siempre percibí de él, desde que seguía sus programas a mediado de los `90, era su elocuencia para transmitir que se puede ser íntegro en la televisión. Y no sólo que se puede, sino que se debe, al menos yo le cargo esa responsabilidad a la TV.

Y si he resuelto escribir de él en esta columna, es porque nuevamente vi a alguien en televisión, decir lo que decía hace 15 años, ahora quizás más despechado y furioso, pero siendo él siempre. La responsabilidad de la televisión y de los medios en general, ha sido ocultada de la forma más grosera los últimos años. Algo pasó que de pronto todo giró en tonteras, quizás desde que Canal 13 comenzó con sus famosos realities por allá por el año 2003, mismo año en que LUN, de la mano de René Naranjo, se convirtió en lo que es hoy en día: el símbolo informativo de una nueva realidad plástica y vacía montada sobre nosotros. Me resulta necesario establecer aquello, por cuanto los contenidos que ofrecen los canales nacionales, son de una brutalidad, de una bajeza, que debe ser denunciada.

Existen ejemplos en otros países que no viene al caso citar. Tampoco es que pidamos que de pronto TVN sea Film&Art, pero sí pensar en la posibilidad de que el Estado retome el canal público como política, entendiéndola como una herramienta para contribuir a la conformación de una población mucho más informada, con acceso a expresiones culturales y un vehículo de conocimiento que construya un beneficio colectivo que nos lleve a una sociedad mejor y todo esto sin la necesidad de renunciar al concepto que más le gusta defender, entretener.

En palabras de Patricio Bañados: “Encuentro que es una vergüenza y un elemento más de esta separación vergonzosa que tenemos entre los que tienen y no tienen, que justamente la gente que puede pagar el cable, tenga buena televisión, y la que no, la que recibe televisión abierta, no disponga de esos programas (…). Yo no me explico la mentalidad de la gente que tiene autoridad en este país, que tiene poder en este país, llámese políticos, empresarios, ¿No les importa el país?, no les importa la gente?, pero sin son nuestros compatriotas; que no tengan oportunidad nunca de ver algo que les pueda tocar, un ballet, no sé, un pensamiento (…) ¿No les importa?, no se dan cuenta el poder que tiene la televisión; no lo puedo entender en gente que tiene poder y mucha de ella que ha buscado ese poder a través de las elecciones, porque me imagino que quieren servir al país. ¿Cómo no se dan cuenta de la importancia que tiene un medio que llega todos los días, a todos los hogares del país, durante 24 hrs?. ¿Pero cómo, cómo no les importa?, no lo puedo entender…

(Entrevista Programa Dudo, Canal 13C)

martes, 18 de junio de 2013

AVANZAR HACIA UNA IDEA MEJOR

Sería imposible sostener que el mundo de la creatividad pueda estar en crisis, hacerlo sería la última de nuestras derrotas; el acto seguido sería bajar las persianas, cerrar los ojos y perder el espíritu, sin embargo todo el que lo lleva bien puesto, sabe que mientras haya espíritu, hay esperanza.

Ha sido la fantasía, el auténtico motor del desarrollo humano. No sé con qué propiedad lanzo aquella cita, pero el ánimo se sostenerla me permite plantearla. Por tanto insisto a ver si logro redondear la idea. El punto más cercano entre lo que somos y lo que aspiramos, es la fantasía, figurada por la idea, entre lo que alguna vez figuramos ser y realizar, y en ese tránsito logramos la mayor realización.

Lo anterior busco establecerlo, ante la necesidad de nunca olvidar que somos seres – y aquí me aferro a un planteamiento filosófico – que nos constituimos en la idea y nos debemos a ellas, mientras más espacio le damos a la idea, la posibilidad de configurar un escenario propicio para el desarrollo humano se hace más concreto. Desde un punto de vista operativo y funcional, la ciencia siempre ha fijado como su objeto de estudio, aquello que busca poder comprobar, es alcanzar aquella ficción inicial, lo que hace que todo se mueva.

Un país, una ciudad con ideas claras, necesariamente conllevará a un mayor y mejor desarrollo. En el campo de las ideas muchas son las batallas que se libran cuando hay intenciones de acallar otras, pero por sobre aquello, lo que debe prevalecer es la capacidad de constituirnos como ciudadanos con idea propia y a partir de ella, configurar un mejor espacio colectivo. En el común de los casos, no nos detenemos a pensar en el impacto que puede tener el avanzar hacia nuestras ideas, dejando muchas veces que sean otros los que nos indiquen el camino, y ahí identifico un error. En un año electoral sería interesante observar que quienes fijen el rumbo de las ideas programáticas de muchos candidatos, sean los propios ciudadanos, empoderados del potencial que tiene un territorio cuando se armoniza con ideas cercano a su mayor número, que exclusivas de un pequeño grupo.

Por eso es importante darle importancia a la idea de configurar un mejor espacio, una mejor vida, un mejor país. Si no nos trazamos de forma seria un ideario de vida, será muy poco lo que estaremos aportando para alcanzar nuevos y mejores estados. Si no nos atrevemos con nuestras ideas, estaremos dejando de lado lo que creíamos esencial en el humano. Tener una idea no significa necesariamente acabar con otra, pero sí está demostrado que cuando dos de ellas se enfrentan, habitualmente surge una interesante síntesis que no pocas veces ha marcado rumbos interesantes, al menos de analizar. Así como también hay temas que merecen nos formemos al menos nosotros una idea: Isapres, AFP, Constitución, Recursos Naturales… por nombrar algunos.