Es 31 y más allá de la voluntad de
querer hacerlo o no, el repaso de lo que ha sido el 2011 está, y me
acompaña mientras dejo que todo esto acabe; mientras observo el
baile de la población y los hombres de radio se esfuerzan por hacer
de todo esto lo mismo, todos los años, cada año, hasta la muerte,
un 31 de diciembre, ya se hace vulgar e inexpresivo.
Separar la vida en años siempre me
ha generado cuestionamientos, para mi ha sido más armonioso
comprender la vida como la vida, sin fracciones ni restas
grecoromanas, por eso cuando me preguntan la edad tiendo a
confundirme, precisar el tiempo de vida que llevo implica un cálculo
que bajo el calendario tiene tiempo y sentido. 30 respondo ahora,
pensando que luego deberé modificar la estadísitca a 31.. y así.
La edad es una cuestión que debe saberse, que se exige saberse y
cómo te fue en el año, se adiciona al rito de las conversaciones en
esta mesa.