sábado, 25 de mayo de 2013

CUANDO LAS MIRADAS SE ENCUENTRAN, PUEDE SURGIR LA INVITACIÓN DE AVANZAR

Dicen que cuando los jóvenes se animan, lo hacen en serio, pero más serio que eso, es la visión que los impulsa, ahí es cuando hay que darles camino.

Yo no sé cuánto de poesía puede haber en esa frase, es la imagen que proyecto cuando observo lo que se esconde tras sus ojos; aquella verdad que se oculta en el esfuerzo de sintonizar con lo que le han dejado, con lo que son y lo que hacen los demás, lo establecido, el mundo lleno de roles y funciones. Cuando esa mirada de diplomacia pactada cede a la naturaleza salvaje de la juventud, no queda más que celebrar la oportunidad del encuentro.


Durante estas semanas, un grupo de jóvenes resolvió sortear los márgenes, avanzar directo hasta las barbas de las decisiones y defender una idea y un concepto, para ello, romper estructuras de ser necesario ante lo irrefutable de sus convicciones. La idea está vinculada a generar un espacio inédito, no sólo en la comuna, sino en un buen margen de territorio – lamentablemente – en que la juventud establezca su desarrollo de vida, de vivencia, bajo sus propios pilares.

La decisión alcanza ribetes significativos en función de establecer la ciudad a la que queremos avanzar, o en la cual nos queremos quedar. La implicancia de una decisión no es inocente, y todos confiamos en su desenlace una vez que la tomamos, por lo mismo, habrá que estar atentos a lo que se resuelva en los siguientes días; habrá que revisar bien el naipe a ver cuando volveremos a tener tan buenas cartas echadas en la mesa.

Lo relevante en el horizonte que proyectemos, es definir esa utopía a la que queremos avanzar, de otro modo nos quedamos sentados. Una buena lección de aquello nos han entregado esta semana los vecinos del sector San Martín. Se avanza más aprisa cuando el camino lo impulsamos nosotros, quedarse a la espera, es eso.

La demanda de los jóvenes yo la identifico bajo la idea de construir una comunidad dispuesta a dar el siguiente paso en el entendimiento, en la colaboración, de realizar y trabajar por ideas comunes y cuyo resultado tenga consecuencias positivas como una ecuación lógica del buen actuar. Bajo esta última idea quiero ser claro refiriéndome a un buen actuar alejado de conceptos convencionales generados por una moral que muchas veces no tiene suelo que la sostenga. Me refiero a un actuar con conciencia crítica en lo posible, pues ahí encontramos un camino para superar la idea. Reflexiva, solidaria y comunitaria, algo tan raro, como la demanda que están estableciendo frente a nuestras narices. Un siguiente paso entonces hacia el encuentro, referenciando un punto donde la invitación, es amplia.

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